El
mapa curricular, y las asignaturas y actividades de aprendizaje que lo
integran, han sido definidas a partir del perfil deseable en un profesional de
nivel superior dedicado a la educación preescolar, así como de las necesidades
que plantean la situación actual y la evolución más probable de este servicio
educativo.
Para
cumplir con los propósitos formativos planteados, se ha integrado un mapa
curricular que abarca ocho semestres, cada uno con una extensión estimada de 18
semanas, con cinco días laborales por semana y jornadas diarias que en promedio
serán de seis horas. Cada hora-semana-semestre tiene un valor de 1.75 créditos,
con base en la consideración de que todos los programas incluyen actividades
teóricas y prácticas; con esta estimación el valor total de la licenciatura es
de 448 créditos.
El
mapa curricular considera tres áreas de actividades de formación, diferentes
por su naturaleza, pero que deben desarrollarse en estrecha interrelación.
1. Actividades principalmente
escolarizadas, realizadas en la escuela normal. El área está formada por 32
cursos de duración semestral, distribuidas a lo largo de los seis primeros
semestres. La intensidad de trabajo semanal por cada asignatura varía desde
cuatro horas hasta ocho horas semanales distribuidas en varias sesiones.
2. Actividades de acercamiento a la
práctica escolar. Se desarrollan en los primeros seis semestres, con una
intensidad de seis horas semanales. Mediante la observación y la práctica
educativa bajo orientación, estas actividades asocian el aprendizaje logrado en
las distintas asignaturas con el conocimiento de la realidad y las
posibilidades de la educación preescolar. La actividad combina el trabajo
directo en los jardines de niños con la preparación de las estancias y el
análisis de las experiencias obtenidas, que se realizan en la escuela normal.
3. Práctica intensiva en condiciones
reales de trabajo. Ocupa la mayor parte de los dos últimos semestres de la
formación. En ellos, los estudiantes se hacen cargo de un grupo de educación
preescolar con la asesoría continua de un maestro tutor, que será seleccionado
por su competencia a partir de un perfil preestablecido, con el apoyo y
seguimiento del personal docente de la escuela normal.
Con
periodicidad frecuente, los estudiantes asistirán a la escuela normal, para
participar en un seminario en el que analizarán y valorarán su experiencia en
el grupo a su cargo y definirán la planeación del trabajo en el periodo
subsiguiente. En este seminario elaborarán su documento recepcional.
Durante
esa etapa de su formación, los estudiantes de planteles públicos recibirán una
beca de servicio social. La realización satisfactoria de las actividades en los
dos semestres frente a grupo les permitirán acreditar el servicio social.
Lógica
de la organización de contenidos y actividades
La
Licenciatura en Educación Preescolar debe atender el cumplimiento de dos
propósitos centrales. En primer lugar, debe resolver necesidades formativas que
corresponden de manera común a todo profesional de nivel superior que realiza
su trabajo en la educación básica, independientemente del nivel en el cual se
desempeñe. En segundo lugar, debe responder con suficiencia a las necesidades
que se desprenden directamente de la práctica docente en la educación
preescolar, de las características de sus alumnos y de los grandes propósitos
pedagógicos de ese nivel escolar.
Formación común
Los
elementos de formación común que esta Licenciatura comparte con las de otros
profesionales de la educación básica, se refieren a varios aspectos que
enseguida se enuncian: el conocimiento de las bases filosóficas, legales y
organizativas que caracterizan al sistema educativo mexicano; adquirir un
panorama general de los problemas y las políticas relativas a la educación
básica en el país; conocer los momentos y las ideas más relevantes en la
historia de la educación básica en México; analizar algunos temas,
seleccionados por su significación pasada y presente, que corresponden a la
historia universal de la pedagogía y la educación. En las asignaturas
correspondientes a estos temas, sin afectar el sentido de formación común, se
han reforzado donde ha sido conveniente las referencias que tienen una relación
más directa con la educación preescolar.
También
tienen carácter común dos cursos iniciales, Estrategias para el Estudio y la
Comunicación I y II, destinados a fortalecer las capacidades de trabajo
académico y de aprendizaje autónomo de los estudiantes.
En
su conjunto, las actividades de formación común representan casi el 20 por
ciento del tiempo programado de estudios.
Formación específica
La
formación directamente relacionada con la educación preescolar ha sido
fortalecida notablemente en este plan de estudios, en comparación con el que se
estableció en 1984. Al hacerlo así, se reconoce que el trabajo docente con
niños en edad preescolar plantea complejas demandas de formación científica, de
competencia didáctica y de actitud personal, que hacen conveniente una
proporción más alta de actividades específicamente vinculadas al desempeño
profesional.
El
componente central de la formación en la Licenciatura en Educación Preescolar
está integrado por una estrecha asociación entre dos elementos: el conocimiento
científico de los procesos del desarrollo integral de las niñas y los niños y
la adquisición de las actitudes personales y de las competencias profesionales
que permiten trabajar eficientemente con ellos para orientar y estimular sus
potencialidades, reconociendo las condiciones y las diferencias individuales.
Cuando
se propone que conocimiento científico y preparación para el desempeño profesional
estén articulados a lo largo de la formación de las educadoras, se pretende
destacar la noción central de que conocer a los niños –cómo crecen, cómo son,
cómo piensan y sienten, cómo se relacionan con los demás– tiene sentido si el
maestro es capaz de usar ese saber como referente cotidiano de su práctica,
como guía de su intervención pedagógica en el desenvolvimiento de sus alumnos.
Con esta propuesta, se quiere evitar una frecuente disociación entre formación
académica y práctica profesional real, que se puede encontrar en muchos planes
de estudio de nivel superior, incluidos algunos del campo educativo. Esa
disociación conduce a que la formación académica, con un fuerte contenido
teórico y de análisis de corrientes, no sea asimilada por los estudiantes como
un recurso intelectual propio, que les permita entender y explicar la realidad
ante la cual deben actuar, así como definir, organizar, evaluar y corregir su
desempeño profesional. Como consecuencia, es común que la práctica se
fundamente en tradiciones y rutinas transmitidas informalmente, o que tenga un
elevado componente de improvisación, sin el soporte que el conocimiento
científico le proporcionaría a la autoevaluación y a las innovaciones bien
fundadas.
Para
lograr que la formación de la educadora esté centrada en el niño y que se
articulen el conocimiento científico y la adquisición de competencias
profesionales, en el diseño del mapa curricular se ha adoptado el esquema
lógico que describimos enseguida.
En
los primeros dos semestres se desarrollan los cursos de Introducción al estudio
del Desarrollo Infantil, cuyo propósito es establecer un panorama inicial y
ordenado de este ámbito de conocimiento, de las nociones de integralidad e
individualidad como sus ejes de interpretación y de las grandes líneas de
desarrollo, que distinguimos por razones de método: el físico y psicomotriz, el
afectivo y social, el de adquisición del lenguaje y el cognitivo. Estos cursos
se vinculan con la asignatura Propósitos y Contenidos de la Educación Preescolar,
para conformar un referente básico que permita organizar los aprendizajes en
semestres más avanzados.
Con
este punto de partida, se proponen series de dos cursos que tratan de manera
específica los campos de Desarrollo Físico y Psicomotor (semestres 2 y 3),
Adquisición y Desenvolvimiento del Lenguaje (semestres 2 y 3) y Socialización y
Afectividad en el Niño (semestres 3 y 4). Estos cursos tienen como
característica común que de manera integrada promueven un conocimiento más
preciso de los procesos característicos de cada campo y la adquisición de
criterios, orientaciones y recursos didácticos para guiar la intervención
pedagógica en el terreno correspondiente.
Por
lo que toca al campo cognitivo, considerando la amplitud temática y las
múltiples conexiones de los procesos de aprendizaje, éste no se trata en
asignaturas específicas, sino que es abordado en relación estrecha con las
asignaturas de Adquisición y Desenvolvimiento del Lenguaje, a las que se ha
otorgado la más alta carga horaria; con Pensamiento Matemático Infantil
(semestre 4) y con Conocimiento del Medio Natural y Social (semestres 4 y 5).
Las
asignaturas de Expresión y Apreciación Artísticas (semestres 3 y 4) tienen un
sentido especial, ya que se considera que ellas son manifestaciones en las que
convergen las distintas líneas del desarrollo infantil.
Las
experiencias de vinculación entre conocimiento científico y preparación
profesional que los estudiantes tendrán durante los primeros dos años de su
formación, se aplican en los semestres 5 y 6, en los que se realizan los
Talleres de Diseño de Actividades Didácticas, en los cuales los alumnos
elaborarán propuestas prácticas, que deberán ser congruentes con el
conocimiento adquirido sobre el desarrollo infantil y tener pertinencia
pedagógica, como estímulo al desenvolvimiento de las potencialidades de los
niños. Tanto en estos espacios como en los que se estudian las características
y estrategias de intervención en los diversos campos del desarrollo de las
niñas y los niños, se analizarán los elementos para evaluar sus logros.
Además
de los aspectos mencionados, el Plan de Estudios incluye otras dos dimensiones
del conocimiento del niño. En primer lugar, la de las diferencias individuales
que representan un reto educativo más complejo, cuestión tratada en la
asignatura Necesidades Educativas Especiales (semestre 4) y en Niños en
Situaciones de Riesgo (semestre 6). En ambos casos, se pone énfasis en la
identificación temprana de dificultades, la prevención y las estrategias de
atención en la actividad escolar. En segundo lugar, se tratan con mayor
insistencia las condiciones del ámbito de vida de los niños, que tienen más
clara influencia sobre los procesos de desarrollo, cuestión tratada en las
asignaturas Entorno Familiar y Social (semestres 5 y 6). En las escuelas que
deben tomar en cuenta rasgos culturales y socioeconómicos particulares de las
zonas en que trabajarán sus egresados, las dos asignaturas de carácter regional
ofrecen la oportunidad de incorporar contenidos adicionales sobre el entorno y
su impacto sobre los alumnos de educación preescolar.
Todas
estas actividades formativas, que se realizan en el área escolarizada, se deben
relacionar estrechamente con las experiencias directas que los estudiantes
obtienen en las actividades de acercamiento a la práctica escolar, que tienen
lugar desde el principio de los estudios y hasta el semestre 6
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